lunes, 17 de octubre de 2016

Rio Toa, Baracoa II



Mingo no quiere salir de la vega, porque allí tiene sus cerdos y gallinas. Lleva toda la vida atendiendo animales y recolectando viandas del monte, simplemente no concibe hacer otra cosa, no conoce el ocio. Este nivel de actividad física que exige la vida en la montaña resulta beneficioso, aunque a sus 75 años ya tenga otros riesgos de salud, que no tuviera de joven y son el desvelo de su familia, que entienden por éxito la reciente mudanza para acercarse al naranjo, donde viven su hijo Noelvis y familia.






Pensativo, Mingo se preocupa por sus chivos, o cabras, que no regresaron anoche a dormir en casa, muy probablemente asustados por la presencia de las casas de campañas de Maniabón


Mingo y su nieto Yoelvis
Los cerdos se alimentan fundamentalmente de coco rallado en un pequeño molino manual. Saliendo de su mano se puede ver una nubecilla de coco. 
La mayoría de sus animales se encuentran en el monte que rodean la casa, donde se alimentan de semillas y raíces, luego en la tarde regresan a recibir el complemento alimenticio compuesto por coco, palmiche y los restos de las viandas que se van consumiendo. 

Rancho de cerdos y nidos de gallinas, donde se recolectan los huevos.


Los cerdos disfrutan mucho de un baño de lodo, así se refrescan del calor y se protegen de los mosquitos, tábanos o moscas güeras y jejenes que durante el día y  la noche se relevan para mortificar a personas y animales.
Mingo chequea los animales que encierra para que se adapten al nuevo patio, más conocido como vega. Por vega se conoce de forma general a los escasos espacios de terreno plano, cerca de las márgenes del rio, no importa que estén limpios, sembrados o cubiertos de vegetación.
Se nos ofreció una gallina para la comida, la cual prepararon Paco, Osvi y Mingo




 

Comimos abundantemente arroz amarillo con chicharrones, gallina y güapén hervido con manteca de cerdo, una exquisitez campestre.



 

En toda la zona de Baracoa abundan las fuentes pluviales de agua, por lo que las casas se construyen en vegas cercanas a algún arroyo o manantial que provea el preciado líquido, conducido por canales de bambú sobre pequeños postes de 1 metro de altura, siguiendo el principio ingenieril de los puentes en los acueductos romanos.

No puede faltar el baño en el espléndido Toa
Osvi adherido al taburete de mingo
Campamento Maniabón en la casa de Domingo.
 


Nos despedimos de Mingo bajo su reiterada invitación a quedarnos más días y comernos un puerquito, que tuvimos que declinar por no disponer de tiempo suficiente. Continuamos rumbo al Jaguaní y a otra comida abundante, compuesta de carne y viandas.



Nos vemos próximamente para continuar este maravilloso trayecto por los ríos Toa y Jaguaní.





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